lunes, 9 de agosto de 2021

La Ley de Pureza de la Cerveza en Alemania tiene 500 años. ¿Ha pasado su fecha de caducidad?

 


Con más de 1.300 fábricas que producen unos cinco mil quinientos tipos de cerveza, Alemania se toma muy en serio el néctar ambarino. Incluso hay una palabra para ello - bierernst - que significa "mortalmente serio" y se traduce literalmente como "cerveza seria".


Esta actitud sobria se aplica especialmente a la ley alemana de pureza de la cerveza, conocida como Reinheitsgebot. Introducido en 1516 por el duque Guillermo IV de Baviera, el decreto permite que en cada Stein sólo haya lúpulo, cebada, agua y, más tarde, levadura. Durante 500 años, esta receta ha servido muy bien a Baviera, y durante el último siglo, al resto de Alemania.


Pero como admite Karlo Schorn, de 48 años, cliente de un bar de Berlín, los gustos están cambiando. "La cerveza alemana ya no es tan buena como hace 20 años", lamenta. "Las marcas de cerveza tienen el mismo sabor, o casi el mismo. Y las buenas cervezas con premios ahora no son de Alemania, son de Estados Unidos o de otro lugar".


La sumiller de cerveza Sylvia Kopp está de acuerdo. Dice que hasta la llegada de las cervezas artesanales, la innovación más reciente en la elaboración de cerveza alemana fue la aparición de la muy exitosa Pilsner en el siglo XIX.


"Nuestra cultura cervecera estaba paralizada", explica Kopp. "Todas las innovaciones que teníamos en la cerveza eran envases, nuevas ideas de patrocinio, una nueva botella, así que había poca innovación con el producto en sí".


Una de las cervecerías más recientes de Alemania está intentando ampliar los límites del paladar cervecero alemán. Robin Weber, director general de Berliner Berg, dice que él y sus colegas solían trabajar en el extranjero y quedaron impresionados por la variedad de sabores disponibles en lugares como Estados Unidos y Australia. "Al volver, trabajando en Alemania, todos nos sentimos realmente decepcionados por lo que el mercado alemán de la cerveza ofrecía en cuanto a variedad, diversidad y calidad", dice Weber.


Aunque todas las cervezas de Berliner Berg se elaboran actualmente de acuerdo con la Reinheitsgebot, Weber y su equipo dicen que no dejarán que las normas de elaboración alemanas les impidan añadir otros ingredientes en el futuro, como la piel de naranja o el cilantro. "El problema no son las pequeñas cervecerías que experimentan con frutas o lo que sea", afirma Weber. "Los verdaderos problemas residen en la producción en masa y en una agricultura que no se centra en los cultivos saludables".

El reciente descubrimiento de rastros de un herbicida en las cervezas más vendidas de Alemania fue un nuevo golpe a las pretensiones de pureza de la industria. Pero las encuestas dicen que alrededor del 85% de los alemanes siguen confiando en la Reinheitsgebot.


Michael Ziegler, un hombre de 42 años de Stuttgart, se encuentra entre los fieles. Sostiene que "un alemán quiere que su cerveza se haga según la ley de pureza", y añade: "cuando voy de vacaciones al extranjero, bebo vino". Para Ziegler, lo más importante de su cerveza son los cuatro ingredientes tradicionales. Todo lo demás es simplemente nicht sein Bier - no es su taza de té - o literalmente, "no es su cerveza".

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